Toda gran jornada en la panificación comienza con una idea y la búsqueda por la excelencia en lo que se hace. Para Rafael Costa y Padoca do Caipira (Piracicaba-SP), esta historia tuvo un inicio enfocado en un detalle crucial: el pan perfecto para su hamburguesería. Lo que comenzó como una necesidad específica pronto se transformó en un impulso de crecimiento que llevó el negocio de un pequeño espacio a una operación de gran escala.
La elección por el horno Modulram
En 2014, la decisión de producir panes de alta calidad internamente para la hamburguesería vino con la claridad de que el horno sería el corazón de esta nueva empresa. Era necesario un equipo que no solo garantizara la calidad del horneado, sino que también tuviera potencial para desarrollos futuros. En el mercado, Ramalhos se destacaba – “el Ferrari de los hornos”, como Rafael cariñosamente lo describe. La elección fue por el horno Modulram, reconocido por su rendimiento y, fundamentalmente, por su diseño modular, pensando en el futuro.
Los primeros pasos y la expansión de la producción
Padoca comenzó en un modesto espacio de 40m² con el primer módulo del horno Modulram instalado. La producción inicialmente estaba destinada al consumo interno, pero la calidad de los panes producidos en el Modulram rápidamente comenzó a llamar la atención, abriendo la posibilidad – y el deseo – de expandir la venta a otros clientes, hamburgueserías y al público en general.
La flexibilidad que impulsa la diversificación
La flexibilidad del horno Modular resultó ser una gran ventaja en este proceso. Siendo un horno de piso versátil, permitió que Rafael y su equipo exploraran una diversidad de productos, horneando “todas nuestras ideas”, como él dice – desde panes de diferentes formatos y tamaños hasta pizzas y otros productos. Esta capacidad de hornear de todo fue vital para el crecimiento, culminando en una producción semanal destacada de cerca de 7 mil panes de diversos tipos.
El diseño modular acompañando el crecimiento del espacio
El gran diferencial que permitió a Padoca seguir este ritmo acelerado fue la característica modular del horno. El negocio creció, el espacio de 40m² quedó pequeño y la mudanza a un inmueble de 250m² fue el primer gran salto. Con ello llegó la necesidad de aumentar la capacidad de horneado. El diseño modular del Modulram encajó perfectamente en este momento, permitiendo la adición fluida de la segunda y tercera cámaras al horno ya existente, sin necesidad de invertir en un nuevo equipo.
Rumbo a 900m²: el futuro y la continuidad de la elección Ramalhos
Hoy, la historia de crecimiento continúa, con Padoca do Caipira a punto de mudarse a un amplio edificio de 900m². Y, siguiendo el mismo camino, el horno Modular continúa siendo el pilar de la producción, con la negociación para el cuarto módulo en marcha. Esta continuidad en la elección reafirma la confianza en la tecnología innovadora y la capacidad de adaptación y expansión que ofrece el Modulram.
La importancia de la asociación y el soporte Ramalhos
Tener a Ramalhos como socio en esta jornada ha sido fundamental. Con décadas de experiencia en hornos industriales y un robusto soporte técnico y servicio de posventa, Ramalhos garantiza que los hornos operen con la fiabilidad que un negocio en crecimiento exige. Es una asociación basada en la entrega de un producto de alta calidad que se alinea con las necesidades dinámicas de una empresa en expansión.
Una trayectoria de éxito y una inversión estratégica
La trayectoria de Rafael y Padoca do Caipira es un testimonio inspirador. Del pequeño comienzo en 40m² con el objetivo de hornear panes para una hamburguesería, el negocio se transformó en una panadería de gran porte, con planes de ocupar 900m². El horno Modular de Ramalhos, con su flexibilidad para materializar diversas ideas y su capacidad de crecer junto con el negocio a través de su diseño modular, fue más que un equipo; fue una inversión estratégica que facilitó esta impresionante expansión.
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